Página personal de Edwin Delgado E.

La tierra donde nací

Las Tablas fue fundada el 19 de julio de 1671, por un grupo de castellanos que vivían en la ciudad de Nuestra Señora de la Asunción de Panamá. Forzados a huir tras el saqueo de esta ciudad por el pirata inglés Henry Morgan. Según relatos orales pasados de generación en generación, en su curso de viaje un viento recio empujó el navío en el que viajaban hacia las costas de la actual provincia de Los Santos. Si bien se ha señalado como destino final de los inmigrantes españoles a la Nueva Granada, Lima o Costa Rica: todos coinciden en que la nave encalló en la desembocadura de un río en la península de Azuero. Ante este desenlace y dado el mal estado del barco, los españoles decidieron desembarcar en la costa e ir en busca de poblados cercanos. Al estar en la faena de desembarco, por accidente una imagen de oro de la Virgen María, del tamaño de una persona, cayó a las aguas del río. Al ver el alboroto formado a causa de del incidente, el cacique de la tribu que vivía a orilla del río se tiró al agua con intención de recuperarla, pero el gesto fue en vano y terminó por costarle la vida al cacique. En honor a este acto, los españoles llamaron al río «Mensabé» (de Mensabi).

Cuna del folclor Nacional

La provincia de Los Santos es considerada la cuna de una de las máximas expresiones del folclor panameño[cita requerida], en la península de Azuero. En esta zona, el papel que jugó el distrito de Las Tablas fue preponderante. Lugares como Guararé, Santo Domingo, La Palma, San José, entre otros, son reconocidos por su laborioso trabajo en la confección del traje típico nacional, la pollera. También se elaboran con muy alta calidad camisillas, sombreros pintaos y cutarras, calzado usado por los campesinos. Sin embargo, la confección de joyas y accesorios que acompañan a la pollera ha sido abandonada de forma paulatina en Las Tablas, dejándosela solamente a un grupo reducido de personas mayores que se dedican a esta labor.

Nuestra Iglesia Colonial - Nuestra Patrona

Bajo el patronazgo de Santa Librada, esta iglesia que data del siglo XVIII, fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1954.

La construcción de esta importante iglesia católica fue concluida el 9 de marzo de 1789 en estilo barroco, pero todo el edificio tuvo que ser reconstruido a causa de un temblor ocurrido el 25 de noviembre de 1802.

Posteriormente, en el año 1958, un fuego que inició por el contacto entre una vela y el vestido de una de las imágenes, consumió gran parte de la estructura.

Esta virgen mártir de Portugal es el resultado de la combinación de varias leyendas, unidas por la imaginación popular. Entre las historias que explican el icono se encuentra esta: ella era una de las nonellizas (nueve hermanas nacidas en un mismo parto) que vivió en el siglo VIII. Siendo niña, fue prometida en matrimonio por su padre (el rey de Portugal, que según unos era cristiano y según otros era pagano) al rey moro de Sicilia. Para evitar el casamiento indeseado, ella tomó voto de virginidad (según otra versión, ya había tomado el voto de castidad antes del compromiso nupcial) y oró a Dios para que la convirtiera en un ser repulsivo. En respuesta a sus oraciones, le creció vello en todo el cuerpo y barba, con lo cual el rey musulmán rompió el compromiso y partió. Lleno de ira, el padre de Wilgefortis la mandó crucificar.

Cuentan los abuelos, que los recién llegados españoles se dirigieron hacia el centro de lo que hoy es la Península de Azuero, en busca de algún poblado español; y en el centro de unas rocas, adornada por los rayos del sol, con la cara bella y radiante, vieron la imagen de una santa. Los admirados españoles cayeron de rodillas ante la sublime aparición como movidos por un resorte, al reconocer que la bella estatua de piedra que tenían en frente, era la imagen de la joven mártir gallega, Santa Librada. Entonces los españoles se llevaron la imagen a su campamento, pero ésta desapareció. Una y otra vez la llevaron al campamento y una y otra vez la imagen regresaba al montículo de piedra; ante esto, los españoles entendieron que la santa quería que se establecieran en esa zona.

Cada mes de julio, miles de personas se dan cita para celebrar la patronal de Santa Librada, como es costumbre en el area, los caminan largas distancias para pagar sus mandas por favores recibidos gracias a la intercesion de la patroncita, el dia 19 es la procesion.

A las 00:00 horas del dia 20 de julio a la patrona se le agazaja con una cerenata frente a su iglesia, misma en la que participan artistas locales y nacionales, al compas de las mananitas las puertas de la iglesia se abren para dar paso al anda que lleva sobre si la imagen de la reina de los tablenos.